No corren buenos tiempos para los usuarios e inversores criptomonedas. Sin entrar en juicios de valor sobre si estas monedas virtuales pueden tener un papel relevante en las transacciones monetarias o sobre sí es posible ganar dinero invirtiendo, lo cierto es que los últimos inputs sobre el sector son preocupantes. Por un lado, porque su valor se ha desplomado en los últimos meses. Por otro lado, y más preocupante, porque ha proliferado la delincuencia en forma de fraude. Unas nuevas formas penales que no lo son tanto: desde la estafa piramidal que consiste al lucrarse captando nuevos adeptos (un clásico) a los ataques digitales que reproducen formados de delincuencia que ya habíamos visto con la banca tradicional.
Un fenómeno que, después del boom de los últimos años, era previsible. Por la desregulación y carencia de control que, precisamente, es una de las cosas que más valoran sus partidarios, y por la naturaleza digital de esta moneda, en una era en la que la ciberdelincuencia va por ante muchos sistemas de seguridad.
Una de las modalidades más habituales es lo phising, que ya disparó las alarmas de la banca electrónica tradicional. Consiste en que un hacker capta los datos de acceso del usuario mediante un mensaje que hace de anzuelo cuando el usuario clicka en un enlace o abre un archivo infectado. También hay la opción de secuestrar la información con el malware o software malicioso. O fórmulas más agresivas cono extorsionar un usuario amenazándolo con divulgar archivos o informaciones captadas a su dispositivo.
Ante este fenómeno es muy importante la prevención, porque la persecución policial es compleja cuando el origen del fraude puede estar en Albania o a un país caucásico. Por lo tanto, seamos prudentes: rechacemos correos sospechosos por remitente o porque nos piden acciones urgentes, actualicemos nuestros dispositivos y los antivirus, etc. Y si hacemos operaciones con moneda virtual hagámoslo con sociedades que estén dentro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, para poder tener alguien a quién reclamar si hay algún problema. Fuera de estos entornos, están proliferando los casos de redes de estafadores con afectados que tienen muy difícil recuperar su dinero por la sofisticación de los procedimientos delictivos.
No quiero hacer un juicio sumarísimo a una figura que seguro que tendrá un rol en el futuro de las transacciones comerciales, amparada por la tecnología blockchain. Pero tengamos claro que las operaciones con criptomonedas son operaciones de riesgo. Porque cuando invertimos en una divisa normal como el dólar o el euro, detrás hay unas instituciones oficiales que te amparan. Con los bitcoin o las otras, en cambio, estamos en una montaña rusa y no sabemos cuando, como ha pasado, su valor se puede desplomar. Y, a pesar de todo, si somos víctimas de una estafa de estas características, denunciarlo.
Si has sido víctima de algún tipo de ataque o phising o quieres asesoramiento a REVERTER ABOGADOS te podemos ayudar.