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Seguros con fórceps

MT 260225-01

Se imaginan que al llegar a la línea de caja del supermercado y habernos proveído de los productos que llevábamos a nuestra lista de necesidades nos obligaran a adquirir unos de adicionales porque a la cadena por la que hemos apostado los interesa? Y que nos lo pusieran como condición para podernos llevar aquello que habíamos venido a buscar? Lo dejarían todo allá y marcharían a otro establecimiento, oi? Pues este es el sistema que algunas entidades bancarias han utilizado para colocar en sus clientes de préstamos hipotecarios unos innecesarios seguros como condición sine qua non para tramitar su hipoteca.


El chantaje y la coacción son muy evidentes. El acceso a un crédito hipotecario es, para muchos ciudadanos, una de las decisiones más importantes y comprometidas de su vida, porque es la única forma de acceder a algo tan importante como una vivienda de propiedad. Y esto pasa porque un banco te considere merecedor de su confianza (una confianza que, que por cierto, durante muchos años se repartió a discreción pensante solo al llegar a objetivos y provocando la peor crisis financiera de la historia moderna, pero esto son harina de otro costal). El caso es que los bancos se aprovechan de este momento en el que tienen la paella por el mango para endosar otros productos que forman parte, como no, de su entramado empresarial.

Los más habituales son los seguros de protección de pagos y de vida. Dos requisitos para conceder la hipoteca que aparecen por arte de magia en el momento en que, después de una serie de trámites, el banco nos da la feliz noticia que la cosa sale adelante.

Un momento de debilidad, vaya. El método para hacer que nos lo tragamos con fórceps es todavía más evidente cuando nos la plantean con prima única y ya financiada con el crédito hipotecario. Todo son facilidades. Para unos productos que, recuérdemelo, no habíamos venido a buscar y que, muy probablemente, no necesitamos. O quizás nos pueden interesar, pero no en las condiciones que nos plantea nuestra entidad.

Hay otros y aquí está la gracia de la libre competencia, ¿verdad? Esta es otra clave del método: jugar a los hechos consumados y con una carencia total de transparencia para vincular los seguros a la hipoteca con un lenguaje poco entendedor.
Así neutralizan cualquier intento del consumidor de plantear resistencia. Firma y seas feliz. Y paga, está claro.
Afortunadamente, los jueces están tumbando cada vez más estas prácticas y las consideran el que es muy evidente que son: un abuso bancario. La novedad de las últimas sentencias es que están obligando en los bancos que incurren en esta mala praxis a volver todo el importe de estos seguros pagados con prima única, y no solo la parte proporcional en función del tiempo de hipoteca que quedaba por delante. Que es el que corresponde cuando te han forzado a adquirir un producto que no necesitabas. Un nuevo caso en el que podemos reclamar aquello que es nuestro con muchas probabilidades de recuperarlo, viendo la tendencia de las decisiones judiciales de los últimos años.

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