Los gobiernos tienen que garantizar que los fondos vayan a las Pymes y no a las empresas de la Ibex 35
Como optimista que soy, intentaré dar un mensaje positivo entremedias de la devastadora pandemia que nos rodea. Precisamente, las crisis acostumbran a señalar las debilidades de una sociedad y entre estas tenemos que resaltar el problema de la mala gestión de las ayudas provenientes de Europa y el miedo al hecho qué estas finalmente vayan a parar en manos de los de siempre, que son los nuevos señores feudales, con capacidad de influir a las altas esferas del poder y a nuestra sociedad en general. No se trata de buscar culpables, pero sí de resaltar un problema, del cual también formamos parte, si nos limitamos a mirarlo y no hacer nada.
Después de ver el escenario dantesco que suponen nuestras calles, con infinidad de persianas bajadas, es obvio que estas ayudas europeas (y públicos en general), tendrían que ir destinados a la pequeña y mediana empresa prioritariamente, la cual no olvidemos que supone la generación de la mayoría de lugares de ocupación. En concreto en Cataluña las Pymes generan el 70% de la ocupación, a pesar de las dificultades para encontrar mano de obra cualificada y acceder a la financiación. Estos son datos del 2019, previos a la pandemia, pero son un espejo de la situación de nuestra sociedad y también ilustran los riesgos que comporta su destrucción. Además, la micro y pequeña empresa registró el 61,19% de la contratación indefinida y, en cambio, en el mismo periodo de tiempo las empresas medianas incrementaron su contratación temporal en 8,08% y las grandes en un 7,7%. Cualquier ciudadano, con un mínimo de sentido común y pagador de sus impuestos, podría ver cuál es el sector más necesitado de protección y las consecuencias que se pueden derivar de la destrucción de las Pymes.
El miedo al que antes me he referido es que, desde una perspectiva de considerar las empresas de la Ibex 35 el puntal económico de la sociedad, los gobernantes se “confunden”, con más o menos ayuda de los respectivos lobbies y sean estas las empresas que reciban la mayor parte de las ayudas. Y si llevamos la situación a su punto más extremo, nos podríamos encontrar que, si con la anterior crisis financiera, con el dinero de todos se salvaron los bancos (que dejaron hundir por carencia de crédito nuestras pequeñas y medianas empresas), ahora nos podemos encontrar con el hecho que las ayudas provenientes de Europa acaben en manos de las empresas de la Ibex 35 para que estas puedan pagar a los bancos la enorme deuda que ya tienen (que normalmente es renegociada, aplazada, pero no pagada), junto con los obscenos sueldos de sus directivos.
Curioso es el hecho que los bancos ayudados en el pasado reciente no han devuelto el dinero público que recibieron y que además ahora sean indirectamente los beneficiarios de las nuevas ayudas. Esto existe y puede pasar y con elecciones próximas o lejanas, tenemos que ser conscientes del hecho que tenemos que reaccionar, que tenemos que ser más críticos con los gobernantes que tenemos y que tendremos para revertir este círculo vicioso. En nuestra mano está evitar el retorno a un nuevo feudalismo.